lunes, 23 de mayo de 2011

Señor Padre

A veces quiero que sepas lo que me ha pasado hoy.
Con quien salí, como me caí, la nota que saque.
Pero cuando llegas me dejas sin hablar y me mandas a dormir.
Quiero tiempo, para poder conversar, tengo mucho por decir.
Un minuto por lo menos y me sentiré feliz.

Empezó como un juego.
El reto estaba en mi corazón, pero cuando me distraje me cautivaste.
No mas odiarte, menos amarte.
Nunca pedí un corazón roto.
Te aprovechaste, me hiciste daño.
Eras todo lo que podía pedir.
Me enamore del enemigo.

sábado, 21 de mayo de 2011

Para ti

Sé que no estoy solo.
Mi mundo puede destruirse, pero tú apareciste.
Eres un sueño, el suelo esta lleno de colores, tu sonrisa lo ilumina.
Cuando las olas destruyan la costa, las aves dejen de cantar y el sol de brillar.
Te mirare y encontrare fuerza.

viernes, 20 de mayo de 2011

Mi nombre es Spirit.



Hola, me llaman Spirit, soy un unicornio hombre rosado.
Soy la única esperanza que un mundo mejor existe. 

Annie

Se llamaba Fernando era un joven de más o menos 15 o 16 años, alto con la piel morena, cuerpo más enjuto que lo usual y el cabello ondulado, sus manos eran grandes al igual que sus ojos. Siempre caminaba con la mirada perdida y una sonrisa forzada  en su rostro, todas las personas que lo conocían siempre cuando lo veían comentaban que él tenía algo oscuro en su pasado que lo atormentaba y nadie sabía que era, solo veían que él entraba a un terreno abandonado, donde ahí vivía solo; algunos vecinos le dejaban comida en la entrada del terreno, pero nadie se atrevía a ingresar para ver que hacía, como vivía, donde dormía o a preguntarle simplemente, en que se le podía ayudar, donde estaba su familia, en que colegio estaba estudiando, o quién era, solo la gente que vivía cerca al terreno comentaba que en las noches lloraba como un cachorro en una casa nueva y llamaba a una chica, una tal Annie, pero después no le entendían nada mas, todo era gritos y lamentos.
La gente le tenían miedo a su rostro desencajado con la mirada perdida sus manos grandes y su cuerpo lánguido causaba pánico, Fernando se convirtió en el cuco de los niños, ya que los padres con poco sentido común utilizaban su nombre según ellos para educar a sus hijos, para hacerlos comer, para hacerlos estudiar o hasta para que se porten bien, pero no se daban cuenta del daño que les estaban causando y tampoco del daño emocional que le ocasionaban a Fernando al escuchar a los padres decirle a sus hijos cada vez que lo veían pasar.
-Así vas a terminar si no estudias, cochino, solo, sin que nadie se preocupe por ti.
Entonces, los niños les preguntaban a sus padres.
-¿Fernando se porto muy mal con sus papis, no mami?
Y los papás no sabían que contestar.
 Fernando no hablaba con nadie, estaba solo no tenía amigos, pero toda la gente se había dado cuenta que siempre iba al colegio Villa María de Miraflores a la hora de salida, como si a alguien esperara, además se quedaba hasta el final cuando ya no había ni una sola niña y el portero le pedía que se retirara. Los vecinos habían notado este extraño comportamiento de este  joven que debería tener una familia que se preocupara por él, estar en el colegio, en fiestas o cuidando a sus hermanitos.
Así pasaron los años hasta que una intrépida niña, rubia de ojos azules y el cabello rizado que no era del barrio lo miro y le pregunto.

-¿Cómo te llamas?- dijo la niña con la curiosidad que ellos solo tienen.
-Fernaandu – balbuceo Fernando.
-¿Y dónde vives? – pregunto la pequeña.
 Y Fernando señalo hacia el final de la cuadra.
-¿Puedo verla? – pidió la niña viendo el gran terreno, que ella pensaba que era un enorme jardín.
Juntos empezaron a caminar hacia el terreno, cuando llegaron la niña le dijo.
-Yo te voy a ayudar a hacer un lindo jardín y va a ser bonito y vamos a poder jugar y voy a traer mis muñecos y seremos grandes amigos. – dijo la niña inocente.
Fernando le pregunto a la niña que tenía en su espaldita.
Es mi mochilita de Barbie, guardo muchas cositas lindas y fotos, pero ya me tengo que ir porque mi mami debe estar preocupada, voy a venir el próximo sábado y voy a traer lindos juguetes y lindas plantas, para hacer el jardín, pero ¿tu lo tienes que limpiar, ya?, la niña le dio un beso y se fue.
Fue algo extraño, porque toda la semana Fernando no salió del terreno, la gente se preguntaba que había pasado con el joven perturbado, no obstante sabían que seguía vivo ya que veían salir montones de basura del terreno y en la noche el basurero recogía decenas de bolsas negras.
El tiempo paso llegó el fin de semana y dicho y hecho, la niña apareció en la entrada del terreno.
-¡Hola amigo! – grito la niña
-¡Hola! – dijo Fernando emocionado
-Mira lo que traje, es para que juguemos tu y yo y las lindas plantitas, ¿las ponemos?
La niña y Fernando empezaron a trabajar, limpiaron el terreno, además plantaron las plantas, llego la hora que la niña coma su merienda, abrió su mochila y saco unas galletas, la niña le invito una a Fernando, cuando la pequeña dijo.

-¿Hay que jugar al té? – le pregunto la niña.
-Ya – dijo Fernando.
La niña vacio la mochila y cayeron los juguetes, las tazas, los vasos, los panes de plástico y junto a ellos una foto.
Fernando sorprendido agarra la foto y le pregunta a la niña.
-¿Quién es ella?
-Es mi mami, ella murió cuando yo nací, mi mamama dice que mi mamita dio la vida por mí, por eso la quiero mucho mucho mucho.- contesto la niña.
-¿Y tu papá?-pregunto Fernando desconcertado.
-No sé, nunca lo vi y no tengo una foto de papá-dijo la niña asustada.
Entonces Fernando se volteo y miro al cielo y  recordó el momento en que le decía a su enamorada Annie, que por favor tenga al bebé, que sea valiente, que no le quite la vida.
Fernando, sorprendido, miro a la niña y le pregunto.
-¿Cómo te llamas?
Annie

Todo cambió.

No nos podemos olvidar que los niños y nosotros los jóvenes, así como tenemos derechos, también tenemos responsabilidades, obligaciones, deberes, que tenemos que cumplir con nuestros padres, así como ellos tienen que preocuparse por nuestras necesidades como la alimentación, la casa, la salud, la educación, la vestimenta, el afecto, en resumen, atenciones que logren formar en nosotros a adultos con los valores necesarios para contribuir a la sociedad.
Sin embargo, cuando los niños tienen padres que entre ellos no se comprenden, pelean, la mayor de las veces en frente de los hijos y cuando los niños intentan hablar con ellos, para pedirles algo o preguntarles cualquier cosa ellos responden mal, gritando, tiran puertas, se encierran en su cuarto todo el día y en casa hay un terrible desconcierto, un sensación de angustia, de miedo, y finalmente un sentimiento de que los chicos son los culpables de esas discusiones.
Desafortunadamente, los padres no son capaces advertir el irreversible daño que pueden ocasionar a su descendencia, falta de estabilidad emocional, inseguridad en tomar decisiones, timidez, pavor al tratar de defender sus puntos de vista.
Era diciembre del 2007, me encontraba cenando en un restaurante con mis papas y mi hermano, cuando mis padres empezaron a gritarse sobre un anuncio que tenían que darnos, seguido de expresiones asquientas, fuera de lugar, intolerable de escuchar para un menor,  nos dijeron, a mi hermano y a mí, que nos mirábamos desconcertados, que sencillamente, ya no seriamos más una familia, nosotros les preguntamos a que se referían, ¿qué querían decirnos exactamente? Y la simple respuesta retumbó en nuestros oídos cuando dijeron: nos vamos a separar. No pude contener las lágrimas, no sabía exactamente que iba a pasar, dónde iba a vivir, si con mi mamá o con mi papá o si existía alguna persona nueva en las vidas de ellos, me atormentaba la idea de tener una madrastra o un padrastro, un nuevo hermano, cambiar mi dirección, esto significaría perder la casa, mi cuarto y mis cosas, por decidir con quién voy a vivir, en sólo unos segundos cambió mi mundo.
La impotencia y la frustración de no poder a ser nada me llevo a tomar la decisión de retirarme del restaurante y dejarlos, cuando llegué a mi casa me eché en mi cama y subí el volumen de la radio al máximo, no sé a qué hora llegaron mis padres, porque me quedé dormido, a pesar del ruido de la radio; al día siguiente bajé a la cocina y para mi sorpresa las maletas de mi papá ya estaban hechas. Me resigné a decirle un simple adiós. Desde ese día mi vida cambio completamente, las pocas risas que habían desaparecieron, venía la familia de mi mamá más seguido a la casa, mi hermano se encerró en su universo y no hablaba con nadie, yo simplemente no entendía como mi mamá podía estar como si nada hubiera pasado.
Es cierto, las peleas, los gritos y los llantos eran tan rutinarios como almorzar, que tanto mis hermanos, yo,  y hasta la empleada nos teníamos que tragar diariamente. Pero al final estábamos juntos, nos extrañábamos.
Ahora han pasado tres años, me he dado cuenta de cómo un golpe tan fuerte te puede hacer madurar tan rápido y gracias a la ayuda de una psicóloga comprendí que yo no era el culpable y que los únicos responsables eran ellos dos y aprendí algo muy importante, la pareja se escoge y los hijos y los padres, no. Es verdad que el respeto es muy importante en una relación, que el amor no son sólo palabras sino también hechos, que involucran la compresión, la comunicación, la complicidad, el cariño y la paciencia, cuando esto se acaba, perdón, no es que se acabe, en verdad nunca existió, así como el amor.
En conclusión, dentro de la desgracia, estas experiencias, son las que forman la personalidad, el carácter, saber afrontar las cosas por difíciles o imposibles que parezcan: Es simplemente pararse y seguir adelante, he llegado a entender algo que me ha servido para madurar, crecer y valorarme mucho más, a veces los cambios, aunque al principio no aparente, son para bien y siempre es mejor alejarte de las circunstancias que te hacen daño.

Una luz se apagó.

Hoy me dijeron que una luz se apagó, me dijeron que nada saldría bien. Vivo en un lugar lleno de emociones falsas que nunca verán la luz, tal vez hablo de él o de ti, pero me cagaste la vida. Siento que si no se concreta esta situación, no volveré a ser el mismo. Detesto que todos me pregunten qué haré ese día. Recibiré muchas cosas, pero de él obtendré su desprecio en una caja multicolor. Ustedes podrán decir y hablar, pero vivo bajo el mando de alguien que no comprenderá. Mi día favorito del año se cago y una luz se apagó.